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miércoles, 4 de agosto de 2010

Mujer poliédrica

La imagen de la mujer que se presenta en los medios de comunicación es un mar de contradicciones entre la realidad y el deseo. La publicidad da soluciones para una realidad dibujada con mujeres hinchadas por los gases, que se orinan encima, que están estreñidas, con los muslos escocidos y vaginas resecas. Arrugadas, gordas, insatisfechas, con rozaduras en los pies y preocupadas por cómo eliminar las manchas de la ropa. El deseo viene en forma de bote de perfume o de coche, acompañado por una mujer etérea que nunca pasa de los treinta. Depende de lo que haya que vender la mujer es lasciva, amante esposa, madre, objeto, ama de casa, trabajadora, ejecutiva agresiva. Nosotras mismas desfiguradas, manipuladas interiormente para encontrar hueco en la hiperrealidad: botox, ácido hialurónico, implantes de mamas, globos gástricos, pastillas antidepresivas, pastillas para dormir, ansiolíticos, lentillas de colores, liposucciones. Total, ¿para parecerse a quién? ¿A Carmen Lomana? ¿A Sara Montiel? ¿A “la Esteban”? ¿A Sara Carbonero? ¿o a la vecina del quinto? Ahhh!!! Que no, que es para ser nosotras mismas porque “me siento mejor”. ¿Te diste cuenta de que eso lo dijo el vendedor: “Señora, con unas tetas nuevas estaría estupenda”? Poco a poco, dejaremos de ser mujeres que miran a mujeres con ojos de macho alfa. Dejaremos de mirarnos al espejo de la hiperrealidad que construyen los medios, que es más real que nuestra propia realidad. Dejaremos que la vida nos despeine.

domingo, 24 de enero de 2010

Rosie

Ya no había esperanza. La nada le llenaba las entrañas y el hambre ni la inmutaba. En dieciocho años su cuerpo y su mente habían sufrido más de lo que muchas personas sufren en cien. Su madre, y madre de siete hijos más, se iba apagando lentamente, ya no tenía luz en los ojos; su padre se fue hace tiempo en busca de mejor suerte y a ella misma le faltaba vigor. ¿Cómo puede un país “crecer” cuando sus habitantes siquiera pueden moverse por la falta de energía que provoca la desnutrición? Los niños sanos y bien alimentados, tienen seguridad, valor, creatividad. ¿Dónde estaban los médicos para mi hermano pequeño? –Se cuestionaba- ¿Acaso él, con cuatro años, merecía morir por una infección estomacal? ¿por una simple diarrea? Con rabia se preguntaba por qué no habían nacido en lo más alto de las colinas de Petionville, la zona más rica de Puerto Príncipe. Mansiones con agua corriente, con ¡piscina! ¿Quién o qué decide que algunas personas nazcan en lugares ricos, con posibilidades de empleo, acceso a la educación, a la sanidad, y otras lo hagan sin poder salir del círculo vicioso de la pobreza? Ese día estaba realmente enfadada con el quién o qué, enfadada con la nada, con el todo, impotente. Entonces, cerca de las cinco de la tarde, empezó el ruido ensordecedor, y milésimas de segundo después el temblor de la tierra. Se levantó como un resorte y, tambaleándose, corrió lo que pudo. Olvidó el hambre, el enfado y su pobreza, porque el instinto de supervivencia provocado por el poderoso terremoto era muy superior a todo lo demás. Salió como pudo de la chabola, gritando. El corazón se le salía del pecho. Lloraba. Fue un minuto interminable de destrucción y horror. El cuerpo de Rosie no dejaba de temblar. Volvió donde su gente vive. En el camino sólo encontró devastación y llanto. No quedaba nada en pie. El país más pobre de Latinoamérica se convirtió en noticia internacional en cuestión de minutos. La gente que mira la televisión comenzó a compadecerse de las víctimas porque la tele les decía que se compadecieran. Y de los bolsillos de todo el planeta empezó a salir dinero para ayudar a Haití. Rosie siguió preguntándose por qué nadie curó a su hermano. El agua y la sanidad ya eran problemas graves en Haití, con un 45% de la población sin acceso a agua limpia en 2009 y un 83% de la población total sin acceso a un sistema mejorado de sanidad. ¿Dónde estaba Rosie hasta hoy? ¿Dónde estaba Haití? Un terremoto ha hecho visible a Haití y a Rosie a través de los medios de comunicación. Ella tiene dieciocho años, es morena, mide metro setenta, tiene los ojos negros y ya piensa que no hay esperanza. Dentro de poco se convertirá de nuevo en la mujer invisible.

domingo, 22 de febrero de 2009

LA CENICIENTA QUE NO QUERÍA COMER PERDICES

Un maravilloso cuento escrito por Nunila López Salamero e ilustrado por Myriam Cameros Sierra que da la vuelta a los habituales tópicos de los cuentos de "toda la vida":

domingo, 1 de febrero de 2009

LA CUESTIÓN DE GÉNERO EN LA DICTADURA

"Este país, como todos ustedes saben sin duda, tuvo una vez una oportunidad, (...) la tuvo y se la robaron. Entonces no se exiliaron sólo los poetas, no crean, se exiliaron también los científicos, los físicos, los químicos, los biólogos, los médicos, los matemáticos... ¿Y qué? ha pasado mucho tiempo, me dirán, y tendrán razón, pero todos llevamos aún el polvo de la dictadura en los zapatos, ustedes también, aunque no lo sepan. Más tiempo hace falta para que florezcan los desiertos y, por desgracia para todos, la ciencia no se recupera tan deprisa como la literatura. Por eso prefiero que sepan esto ahora..." ALMUDENA GRANDES(2007), "El corazón helado", Círculo de Lectores, Barcelona, p. 317.
Una generación de mujeres sometida a las espeluznantes enseñanzas de la Sección Femenina, "la mili de las mujeres":


Y la publicidad, que no se quedaba corta: