Me gustan los artistas que expresan compromiso con su trabajo, que entienden que el arte puede cambiar nuestro estado de ánimo, nuestra forma de ver las cosas; que saben que su labor va más allá de cantar al triste desamor adolescente o a los fenómenos naturales. Me gusta Jorge Drexler cuando utiliza la voz de su propio hijo en este tema para cantar la era de la globalización, de las vergüenzas y de las mayores desigualdades de renta y riqueza que jamás ha conocido la historia de un mundo en el que, supuestamente, cada vez estamos más cerca...¿o más lejos?
Europa: El discriminatorio sistema de visados Schengen excluye a los
defensores y defensoras de los derechos humanos
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El sistema de tramitación de visados del espacio Schengen funciona como una
carrera de obstáculos para los defensores y defensoras de los derechos
humanos ...
Hace 1 día
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