Me gustan los artistas que expresan compromiso con su trabajo, que entienden que el arte puede cambiar nuestro estado de ánimo, nuestra forma de ver las cosas; que saben que su labor va más allá de cantar al triste desamor adolescente o a los fenómenos naturales. Me gusta Jorge Drexler cuando utiliza la voz de su propio hijo en este tema para cantar la era de la globalización, de las vergüenzas y de las mayores desigualdades de renta y riqueza que jamás ha conocido la historia de un mundo en el que, supuestamente, cada vez estamos más cerca...¿o más lejos?
UE: El acuerdo de desregulación en materia climática y de derechos humanos
“es una traición a las personas y al planeta”
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Ante la votación en el Parlamento Europeo del paquete de normas de
sostenibilidad de la UE (Ómnibus I), que revoca medidas de protección en
materia climáti...
Hace 17 horas
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