Me gustan los artistas que expresan compromiso con su trabajo, que entienden que el arte puede cambiar nuestro estado de ánimo, nuestra forma de ver las cosas; que saben que su labor va más allá de cantar al triste desamor adolescente o a los fenómenos naturales. Me gusta Jorge Drexler cuando utiliza la voz de su propio hijo en este tema para cantar la era de la globalización, de las vergüenzas y de las mayores desigualdades de renta y riqueza que jamás ha conocido la historia de un mundo en el que, supuestamente, cada vez estamos más cerca...¿o más lejos?
COP29: Los borradores de la negociación sobre el clima son una afrenta a
los derechos humanos
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En reacción a la publicación esta mañana de varios borradores de decisión
de la COP29 en Bakú, Azerbaiyán, Ann Harrison, asesora sobre justicia
climática d...
Hace 2 días
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