Me gustan los artistas que expresan compromiso con su trabajo, que entienden que el arte puede cambiar nuestro estado de ánimo, nuestra forma de ver las cosas; que saben que su labor va más allá de cantar al triste desamor adolescente o a los fenómenos naturales. Me gusta Jorge Drexler cuando utiliza la voz de su propio hijo en este tema para cantar la era de la globalización, de las vergüenzas y de las mayores desigualdades de renta y riqueza que jamás ha conocido la historia de un mundo en el que, supuestamente, cada vez estamos más cerca...¿o más lejos?
Irán: Las autoridades deben suspender el pavoroso plan de amputar dedos a
presos torturados en cuestión de días
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Las autoridades iraníes se disponen a aplicar la pena cruel e irreversible
de amputación de dedos a tres presos el inminente 11 de abril, tras sendas
sente...
Hace 3 días
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